¡Eh! ¡Tú! ¡Sí, tú, esta vez date por aludido! Porque si no lo haces de verdad que me rindo, porque ya no sé que hacer con esta asquerosa situación. Te quiero, ¿está bien? Te quiero, sí, yo a ti, sin intermediarios, sin idiotas que te hagan cambiar de opinión cada dos por tres...
¡Estoy harta! Sí, ya no puedo más. Si te ignoro, es porque quiero ver cómo reaccionas, quiero que me busques tú a mi, ya estoy harta de ser la tonta que te sigue allá donde el niño vaya. No me molestaría nada si me dices que no me quieres, no me importaría, aunque me matara por dentro me harías el favor más grande de mi vida, porque al menos podría saber que para ti no significa nada este estúpido juego que llevas conmigo.
¡Joder! Que no soy un juguete, mírame, me muevo sola, hablo, escucho, canto, bailo, escribo, dibujo y por suerte o por desgracia, también siento, ¿vale? No me puedes decir un día que me quieres y al día siguiente pasar hasta el puto culo de mí, porque aunque tú no lo entiendas, eso a mí me duele. Te juro que no quiero perderte, que te quiero muchísimo, me hace feliz el gesto más insignificante tuyo, pero no puedo más, así que por favor, ya, decídete.
No hay comentarios:
Publicar un comentario